Un círculo de mujeres es un espacio seguro de transformación, donde nos recibimos con empatía, de igual a igual, sin jerarquías, donde tu voz y tu historia cuentan.
Disfruto facilitando estos espacios de encuentro, nuevos y a la vez ancestrales.
Espacios de calma, en confianza y confidencialidad, libres de juicios y críticas, donde mirarnos dentro para conectar con lo que sentimos y observar nuestras necesidades.
Un círculo nos permite sentirnos identificadas, descubrir que en nuestras experiencias somos reflejos unas de otras.
Los círculos nos conectan con la energía de compartir, de abrir nuestro corazón, de alzar nuestra voz y expresar nuestra verdad, de sentirnos reconocidas y aceptadas, de liberarnos para permitirnos ser auténticas.
Entre todas creamos un espacio transformador en el que abrazamos nuestro sentir, en el que nos sostenemos y arropamos, en el que nos reconocemos la una en la otra.
El círculo es un espacio en el que todas somos una, sabia y aprendiz.